Los griegos llamaron a la isla Μελίτη (Melite), que significaba ‘dulce como la miel’, debido probablemente a la calidad de la miel producida por las abejas del archipiélago. De ello, quizás, deriba el nombre de Malta. Otra etimología tiene como referencia la palabra fenicia Maleth, que significa refugio.

De cualquier forma las islas maltesas son míticas; por su historia y por el entorno natural de las islas, que han sido descritas como un museo al aire libre.
El archipiélago maltés con 7.000 años de fascinante historia está ubicado prácticamente en el centro del Mediterráneo; a 93 km del sur de Sicilia y a 288 km del norte de África. Este archipiélago está formado por tres islas: Malta, Gozo y Comino, con una población total de 400.000 habitantes en una extensión de 316 km2 y una costa de 196,8 km (sin incluir los 56,01 km de la isla de Gozo). Malta es la isla más grande y el centro cultural, comercial y administrativo. Gozo es la segunda en tamaño y es más rural. Se caracteriza por la pesca, el turismo, la artesanía y la agricultura. Comino está prácticamente deshabitada.

Un poco de historia reciente
La época reciente se puede datar a partir de 1282 cuando Malta pasó a la Corona de Aragón, después de la conquista por los almogávares aragoneses de Roger de Llúria.
En 1530, el Rey Carlos I de España dejó las islas en arriendo continuo a los Caballeros Hospitalarios (ahora conocidos como la Orden de Malta), en ese entonces conocidos como la Orden de San Juan de Jerusalén, pues Solimán el Magnífico los había expulsado de Rodas en 1522. Se estableció la entrega de un halcón como pago de la renta anual.

El Sitio de Malta de 1565: El Sitio de Malta comenzó el 18 de mayo de 1565. Los caballeros de la Orden de Malta, comandados por el Gran Maestre Jean Parisot de la Valette, se enfrentaron a más de 160 galeras y 30.000 soldados otomanos.
La Orden logró defender la isla en gran medida gracias a la ayuda del ejército español.
Al fracaso turco se añadió, seis años después, la derrota de la Batalla de Lepanto ante la Liga Santa, formada por España, Venecia, Génova y la Santa Sede, lo cual supuso la neutralización de su proyecto de expansión mediterránea.
Para proteger la isla de futuros desembarcos, se construyó una ciudad fortificada en la península del monte Sceberras, bautizada La Valeta, en honor al Gran Maestre Jean Parisot de la Valette.
En 1798, sin embargo, Napoleón Bonaparte, ocupó Malta y obligó a los Caballeros a abandonarla. Por su parte, en 1800 los británicos conquistaron el archipiélago.
En 1814, como parte del Tratado de París, Malta pasó oficialmente a formar parte del Imperio Británico. Debido a su proximidad al Canal de Suez fue usada como puerto de escala hacia la India y fue el cuartel general de la flota hasta mediados de la década de 1930.

Malta desempeñó una función importante durante la Segunda Guerra Mundial debido a su proximidad a las líneas de navegación del Eje, por lo que fue sitiada de nuevo. El coraje de su pueblo motivó a Jorge VI a otorgarle a Malta la Cruz de San Jorge, que hoy puede ser vista en la bandera del país.
Malta se independizó el 21 de septiembre de 1964 aunque hasta 31 de marzo de 1979 no se hizo efectiva la salida de los ingleses.
Malta se adhirió a la Unión Europea el 1 de mayo de 2004 y accedió a la zona euro el 1 de enero de 2008.
